PAPEL DE LA BASE SOCIALISTA ENTRE ELECCIONES

En los Estados Unidos de América los partidos políticos convocan a la militancia y a los simpatizantes cada dos años  a efectos electorales, el resto del tiempo son los cargos públicos los únicos que se ocupan de la política. En Europa es distinto, los partidos permanecen movilizados en apoyo a sus líderes incluso fuera de período electoral.

Aquí, no sé si será porque la hamburguesa va ganando terreno al jamón ibérico, nos estamos “americarizando” demasiado: Entre elecciones se pierde el interés participativo de afiliados y simpatizantes (militantes) por la cosa pública. El protagonismo activo, junto a los políticos, lo ejercen los medios de comunicación. Medios que, del color que sean, tarde o temprano deberán su existencia a la publicidad que contraten con grupos empresariales o con los poderes públicos. Como es de lógica sus líneas editoriales irán en función de esa dependencia económica, modelando la opinión y la información según marquen los talonarios que les permitan ejercer su “derecho a la libre información”, su  “libertad de expresión” y su sagrada “libertad de prensa”.

Los seguidores de los partidos de izquierda, en especial los del PSOE, toman como referencia informativa, cuando no ideológica, lo que aparece en periódicos locales como LEVANTE-EMV, en nacionales como EL PAÍS o PUBLICO; lo que se escucha en emisoras de radio como LA SER;  o lo que se ve y se escucha en televisiones como LA SEXTA. Tanto los líderes como los seguidores necesitan canalizar sus comunicaciones a través de esos medios. Medios que no controlan y que influyen poderosamente en su modo de pensar y de ver las cosas. Lo que modifica necesariamente lo que en principio se deseaba transmitir.

La función histórica de los militantes de base, de servir como vehículos de propagación de las ideas que dicen profesar y de captar nuevos seguidores que impulsen la causa, es suplantada por medios ajenos a la organización política. De esta forma los objetivos, las acciones y los resultados no llegan con claridad a la ciudadanía, incluyendo los propios afiliados. En definitiva  son los medios de comunicación los encargados, por dejación de los interesados, de marcar las líneas ideológicas, los candidatos, los calendarios y los programas de los que pretenden “transformar” esta sociedad.

A poco que honestamente se profundice en estas reflexiones, es obvio que no somos dueños de nuestro pensamiento político. También resulta paradójico que con los adelantos tecnológicos que hoy disponemos, como por ejemplo internet, no utilicemos estos medios para nuestras propias comunicaciones.

Siendo el PSOE un partido cuyas raíces ideológicas van íntimamente ligadas a los avances científicos, tecnológicos y sociales, muy poca consistencia ideológica debe haber en quienes no utilizan las herramientas que tienen a su alcance para hacer avanzar sus ideas, sus propias ideas. Y me refiero a los militantes de base.

Utilizar estos nuevos medios, como internet (con antigüedad de casi 20 años, suficientes para estar al día), junto a los medios clásicos del boca a boca, o de publicaciones periódicas propias, además de las actividades ordinarias, debería motivar la acción y la labor de los militantes, también fuera de períodos electorales, porque  son vehículos transmisores y ya necesitan de por sí de la cooperación de los afiliados y simpatizantes en su confección y posterior distribución.

Es una forma más de cohesionar, de dar sentido al pago de la cuota en el caso de los afiliados, y de contribuir a la difusión de nuestras ideas ganando con ello más partidarios, más base social y también más apoyo electoral

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