LAS RECETAS NEOLIBERALES SON UN ERROR
En estos últimos días han ocurrido hechos que, por su importancia, deberían invitarnos al optimismo y a la esperanza. Estoy convencido de que estamos en un camino positivo para remontar este terremoto económico mundial que ha azotado con dureza a las confiadas economías de todo el planeta.
El paro ha bajado. Ha sido el mejor trimestre de la historia, y en medio de la que está cayendo no puede considerarse una mala noticia. Desde luego que la temporalidad de los contratos no es algo positivo, y viene a dar la razón a unos sindicatos que ya avisaron de esta cuestión bastante antes de la aprobación de la reforma laboral. Pero después de lo que hemos pasado, aunque sea un trabajo temporal, es muy bueno.
Por otro lado, un informe del Instituto de Crédito Oficial anuncia la mejora de la confianza de los consumidores, en buena medida por una percepción de la recuperación económica “lenta pero efectiva”.
También ha sido importante la buena marcha de la salida a Bolsa de Banca Cívica y Bankia, con una enorme confianza por parte de los ciudadanos para invertir en ellas su dinero.
Ningún gobierno lo hace todo mal. Sólo esta máxima debería ser suficiente para desconfiar de cualquiera que afirme lo contrario. No admitimos tonos grises y tenemos tendencia a consagrarnos casi siempre con el negro, una terapia de optimismo no nos vendría mal.
No me refiero a entregarnos a un desenfreno de autocomplacencia. Simplemente, si no es mucho pedir, que cuando algo sea objetivamente positivo la reacción automática no vaya a buscarle una segunda lectura para devolverlo envenenado en dirección a Zapatero, o a Rubalcaba.
La rutina es mala consejera en la acción política. Gobernar y hacer oposición con el manual, es garantía para desarrollar una importante miopía política. Existen señales que pueden llevarnos a salir del pozo como país, y hay quienes son incapaces de verlas, y lo peor de todo, es que seguirán poniendo el foco en ese terreno donde el fango de los revolcones empaña todo, para evitar de este modo, hacer discursos de altura.
No es de extrañar que de esa manera acaben demasiados consensos esenciales. Los indicadores para albergar la esperanza están ahí. El principal partido de la oposición tiene la responsabilidad de trasladarnos este mensaje porque, además de ser la verdad, es lo que España necesita para avanzar y progresar. Sólo hay que salir del lodo y levantar la vista del suelo.
Por su parte, desde Génova 13, siguen erre que erre con su dogma neoliberal, afirmando rotundamente que la manera más eficaz de estimular la economía pasa por bajar los impuestos. Se basan en la experiencia de la Administración Reagan cuando, siempre según ellos, la reducción masiva de impuestos que, supuestamente realizó quien afirmara en su día que, la antigua Unión Soviética era el “imperio del mal”, fue la causa de la recuperación económica a principios de los años ochenta en EEUU. Esta versión de los hechos la han repetido hasta la saciedad, y la utilizan constantemente para justificar la reducción de impuestos como medida necesaria para estimular la economía.
Estas afirmación neoliberal, es, sin embargo, profundamente errónea y fácil de comprobar, mirando los datos. En realidad, Ronald Reagan fue el Presidente que subió más los impuestos en tiempos de paz. Bajó los impuestos de las rentas superiores pero subió los impuestos de la gran mayoría de la población. Y no sólo una sino dos veces. Con ello aumentó el gasto público de una manera muy marcada, expandiéndose enormemente el gasto militar, que fue lo que estimuló la economía.
El Sr. David Stockman, quien fuera Director de la Oficina del Presupuesto de la Casa Blanca durante la Presidencia de Reagan, fue entrevistado y en respuesta a la pregunta realizada por el periodista preguntándole su opinión sobre la propuesta que ha hecho ahora la dirección del Partido Republicano de bajar los impuestos como manera de estimular la economía, hizo las siguientes declaraciones. “Es un error del que aprendimos en 1981. Redujimos los impuestos en 1981 y pronto vimos que había sido un error”.
Ni que decir que sus seguidores creyentes en la fe neoliberal, continuarán negando estos hechos. Más papistas que el Papa, continuarán con su “teología”, como la llamó el propio Stockman. Entre estos sectarios, se encuentra Sala i Martín, economista neoliberal de gran proyección mediática, quien responde con toda una serie de insultos, típico de la derecha en España, cuando se le alude a lo declarado por Stockman.
Dos últimas observaciones. El PP, cuyo programa económico incluye sustanciales recortes de impuestos, es de los más neoliberales que se están proponiendo en la UE. Sigue políticas que están desarrollando el gobierno conservador británico y el gobierno de CiU en Catalunya y que incluyen grandes recortes de gasto público social junto con sustanciales bajadas de impuestos, así como la privatización total a las pensiones públicas, tal como hizo el gobierno del General Pinochet en Chile, como parte de la solución a nuestros problemas. Sería aconsejable que antes de llevar a cabo tales políticas consultaran con el Sr. David Stockman, en lugar del Sr. Sala i Martín, y verán que tales recortes fueron un desastre para la economía estadounidense. Teniendo presente el error cometido cabe peguntarse ¿Sería un desastre para la economía española aplicar políticas neoliberales?
Jacinto Aroca
Jacinto Aroca
0 comentarios:
Publicar un comentario