FIN DEL LUTO, CON CAMPAÑA EXPRÉS, EN EL PSPV-PSOE
Ximo Puig, coordinador del comité electoral del PSPV-PSOE, ha anunciado el “fin del duelo” en el partido tras la tragedia que para la familia socialista ha supuesto el 22-M. Con la presencia en la misma rueda de prensa del secretario general de los socialistas valencianos, Jorge Alarte, Puig anunció también una “campaña exprés” de asambleas abiertas a los ciudadanos en las 446 agrupaciones locales del PSPV-PSOE durante el mes de Julio.
El objetivo es debatir sobre la acción del gobierno de Zapatero y sobre las inversiones realizadas por el gobierno central en la Comunidad Valenciana, así como reactivar a la militancia que, tras la proclamación de Alfredo Pérez como candidato a la presidencia del gobierno, debe encarar con decisión la próxima campaña electoral.
Para ello, este lunes próximo hay convocada una reunión interparlamentaria integrada por diputados, senadores y altos cargos del partido, presididos por Jorge Alarte, para perfilar el programa de actividades.
La militancia socialista también estuvo ausente de la calle. De ese desinterés es posible que los líderes autonómicos y locales del PSPV, y de otras federaciones socialistas, se sintiesen avergonzados y renegasen, en la crítica legislatura actual, de todo aquello que tuviese que ver con Zapatero.
Lo cierto es que no se supo vender, o se hizo mal o no se hizo, las políticas sociales y económicas que Zapatero impuso tímidamente hasta mayo de 2.010. Eran políticas adecuadas para la crisis que nos ha tocado vivir: Actuaciones públicas donde el sector privado dejaba de actuar y protección a los menos pudientes (desempleados, autónomos y jubilados). Con ello circulaba el dinero y se mantenían actividades básicas que generaban empleo hasta tiempos mejores.
El problema fue que los mercados ( bancos y entidades financieras de Alemania, EEUU, Francia e Inglaterra principalmente) ayudados por gobiernos europeos cuyo interés era y es salvar su propio culo, no estaban por la labor de fiar más a los bancos y cajas de ahorros españoles, principales responsables de dar dinero a la especulación en vez de a negocios productivos. Para ello amenazaron el crédito del Estado que, estando sus cuentas saneadas, necesitaba de la financiación internacional para continuar con sus políticas de protección. La amenaza era convertirnos en Grecia pero asfixiando al mismo tiempo el ahorro que los españoles tenían en los bancos. Es decir, cerrando las puertas de los bancos, literalmente, cuando un jubilado o un empleado fuese a cobrar su pensión o su nómina.
El gobierno tuvo que cambiar de política económica radicalmente, porque era lo que imponían los acreedores internacionales (mercados) y en eso estamos. Y eso es lo que los militantes de base no han entendido y , por lo tanto, no han podido transmitir a los ciudadanos.
Es muy difícil, claro está, decirle al ciudadano que la “culpa” es suya por querer tener piso, coche y juerga con un sueldo de mierda. Máxime cuando los bancos y cajas de ahorro, ahora privatizadas estas últimas y en propiedad de afiliados al PP sin poner un solo euro (BANKIA por ejemplo), ofrecían créditos a “tutiplén” aunque fuesen de dudoso cobro, haciéndonos creer eso de “zoy rico, ezpañol y con un sueldo de mierda”, dejando los estudios para una profesión de futuro por un trabajo de pisero o tabiquero que daba más dinero. Es lógico que los que no encuentren trabajo sean aquellos que directa o indirectamente hayan estado ligados al sector de la construcción y que no conocen otro oficio.
Todo esto había que explicarlo, siendo que no ha sido así porque hemos dejado esa explicación a los medios de comunicación, la mayoría hostiles a los socialistas, incluidos los del “fuego amigo” como EL PAÍS o Cadena SER (que muchas veces confunde uno con la COPE). Es el dinero y la codicia donde la “libertad de expresión” se confunde con los intereses de los empresarios de la comunicación. Ellos son los que transmiten el mensaje y la opinión que le llega al cuidadano. Ellos , en fin, son los que marcan el voto ciudadano. Por eso, y ahora parece que nos demos cuenta, el afiliado o simpatizante tiene como deber primero neutralizar directamente con su labor diaria lo que "dicen que decimos o hacemos" los medios de comunicación. No hay otra alternativa que comunicarnos cara a cara, a no ser que no tengamos argumentos de peso, que los tenemos.
Por todo ello es bueno que, aunque tarde, ahora el PSPV-PSOE en conjunto quiera reivindicar y defender las actuaciones del gobierno socialista, además de explicarlas. También sería bueno recordar y defender lo creado, que fue mucho, por las administraciones autonómicas de Joan Lerma, apropiado indecentemente por el Partido Popular. Vender esas actuaciones requiere la complicidad de afiliados y simpatizantes, que primero deben estar convencidos de que el giro “a la derecha” es coyuntural y no compensa “impuestos a lo más ricos” porque, hechos los números, seguimos dependiendo de lo que digan el FMI, los mercados y la Merkel, que es la que soltaba el dinero a raudales para que la España de Aznar “fuese bien”. Y ahora quiere cobrárselo, por supuesto.
Pepe Blanco avisó con tiempo a los socialistas valencianos y no se le hizo caso: convertir a cada afiliado en “agente de ventas” y convencer incluso hasta al “currela” que por un enchufe de 3 o 6 meses al año en alguna de las empresas ligadas al PP les debe la vida.
A buenas horas mangas verdes, pero más vale tarde que nunca.
El objetivo es debatir sobre la acción del gobierno de Zapatero y sobre las inversiones realizadas por el gobierno central en la Comunidad Valenciana, así como reactivar a la militancia que, tras la proclamación de Alfredo Pérez como candidato a la presidencia del gobierno, debe encarar con decisión la próxima campaña electoral.
Para ello, este lunes próximo hay convocada una reunión interparlamentaria integrada por diputados, senadores y altos cargos del partido, presididos por Jorge Alarte, para perfilar el programa de actividades.
COMENTARIO
En los cuatro años de la pasada legislatura, en la que el gobierno socialista tuvo que defender sus políticas progresistas en solitario frente a la canalla mediática (EL MUNDO, LA RAZÓN, ABC, LA COPE, CANAL 9, ETC.) que actuaba y sigue actuando como brazo armado del entonces golpista Partido Popular, la izquierda estuvo ausente. Ello hizo ganar la calle a los sectores más reaccionarios de la derecha y la opinión pública quedó “preparada” para un lavado de cerebro diario y constante, cuyo único fin era “demonizar” a Zapatero y al PSOE como causantes de cualquier mal que día a día ocurriese. Por eso la patada en el trasero de alcaldes y presidentes autonómicos cuando no tocaba.La militancia socialista también estuvo ausente de la calle. De ese desinterés es posible que los líderes autonómicos y locales del PSPV, y de otras federaciones socialistas, se sintiesen avergonzados y renegasen, en la crítica legislatura actual, de todo aquello que tuviese que ver con Zapatero.
Lo cierto es que no se supo vender, o se hizo mal o no se hizo, las políticas sociales y económicas que Zapatero impuso tímidamente hasta mayo de 2.010. Eran políticas adecuadas para la crisis que nos ha tocado vivir: Actuaciones públicas donde el sector privado dejaba de actuar y protección a los menos pudientes (desempleados, autónomos y jubilados). Con ello circulaba el dinero y se mantenían actividades básicas que generaban empleo hasta tiempos mejores.
El problema fue que los mercados ( bancos y entidades financieras de Alemania, EEUU, Francia e Inglaterra principalmente) ayudados por gobiernos europeos cuyo interés era y es salvar su propio culo, no estaban por la labor de fiar más a los bancos y cajas de ahorros españoles, principales responsables de dar dinero a la especulación en vez de a negocios productivos. Para ello amenazaron el crédito del Estado que, estando sus cuentas saneadas, necesitaba de la financiación internacional para continuar con sus políticas de protección. La amenaza era convertirnos en Grecia pero asfixiando al mismo tiempo el ahorro que los españoles tenían en los bancos. Es decir, cerrando las puertas de los bancos, literalmente, cuando un jubilado o un empleado fuese a cobrar su pensión o su nómina.
El gobierno tuvo que cambiar de política económica radicalmente, porque era lo que imponían los acreedores internacionales (mercados) y en eso estamos. Y eso es lo que los militantes de base no han entendido y , por lo tanto, no han podido transmitir a los ciudadanos.
Es muy difícil, claro está, decirle al ciudadano que la “culpa” es suya por querer tener piso, coche y juerga con un sueldo de mierda. Máxime cuando los bancos y cajas de ahorro, ahora privatizadas estas últimas y en propiedad de afiliados al PP sin poner un solo euro (BANKIA por ejemplo), ofrecían créditos a “tutiplén” aunque fuesen de dudoso cobro, haciéndonos creer eso de “zoy rico, ezpañol y con un sueldo de mierda”, dejando los estudios para una profesión de futuro por un trabajo de pisero o tabiquero que daba más dinero. Es lógico que los que no encuentren trabajo sean aquellos que directa o indirectamente hayan estado ligados al sector de la construcción y que no conocen otro oficio.
Todo esto había que explicarlo, siendo que no ha sido así porque hemos dejado esa explicación a los medios de comunicación, la mayoría hostiles a los socialistas, incluidos los del “fuego amigo” como EL PAÍS o Cadena SER (que muchas veces confunde uno con la COPE). Es el dinero y la codicia donde la “libertad de expresión” se confunde con los intereses de los empresarios de la comunicación. Ellos son los que transmiten el mensaje y la opinión que le llega al cuidadano. Ellos , en fin, son los que marcan el voto ciudadano. Por eso, y ahora parece que nos demos cuenta, el afiliado o simpatizante tiene como deber primero neutralizar directamente con su labor diaria lo que "dicen que decimos o hacemos" los medios de comunicación. No hay otra alternativa que comunicarnos cara a cara, a no ser que no tengamos argumentos de peso, que los tenemos.
Por todo ello es bueno que, aunque tarde, ahora el PSPV-PSOE en conjunto quiera reivindicar y defender las actuaciones del gobierno socialista, además de explicarlas. También sería bueno recordar y defender lo creado, que fue mucho, por las administraciones autonómicas de Joan Lerma, apropiado indecentemente por el Partido Popular. Vender esas actuaciones requiere la complicidad de afiliados y simpatizantes, que primero deben estar convencidos de que el giro “a la derecha” es coyuntural y no compensa “impuestos a lo más ricos” porque, hechos los números, seguimos dependiendo de lo que digan el FMI, los mercados y la Merkel, que es la que soltaba el dinero a raudales para que la España de Aznar “fuese bien”. Y ahora quiere cobrárselo, por supuesto.
Pepe Blanco avisó con tiempo a los socialistas valencianos y no se le hizo caso: convertir a cada afiliado en “agente de ventas” y convencer incluso hasta al “currela” que por un enchufe de 3 o 6 meses al año en alguna de las empresas ligadas al PP les debe la vida.
A buenas horas mangas verdes, pero más vale tarde que nunca.
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