Se deroga por parte de la Generalitat la Llei d'Ensenyament: el fin de las líneas de enseñanza en valenciano.
El Gobierno en funciones de Francisco Camps anunció ayer el fin de la enseñanza vehicular en valenciano y su sustitución por una línea única que integrará los dos idiomas cooficiales y una tercera lengua extranjera de forma progresiva. "Esta propuesta", según adelantó el consejero de Educación, Alejandro Font de Mora, "eliminará los programas lingüísticos existentes hasta hoy".
El nuevo plan se implantará en un periodo máximo de seis cursos.
El modelo actual valenciano de tres líneas -enseñanza vehicular en castellano, en valenciano o mixto- se irá adaptando progresivamente a partir del próximo curso a "un modelo único a semejanza del gallego", en el que no se podrá impartir menos de un tercio de castellano y de valenciano ni más de un tercio de inglés.
"Es la intención de la Generalitat para dar cumplimiento a lo dispuesto en el programa electoral del PP", remachó Font de Mora, que ha anunciado su pretensión de no continuar en el cargo.
La consejería ha elaborado un borrador a imagen y semejanza del decreto de 20 mayo de 2010 aprobado por el PP gallego nada más llegar al poder, que permite a los padres elegir qué idioma quieren que sea el predominante entre el alumnado al entrar al sistema educativo reglado en la etapa de educación Infantil; regula las materias lectivas en que se impartirán el castellano y el valenciano de forma equitativa en Primaria, y favorece la reducción progresiva de ambas lenguas hasta que el inglés alcance el 33% del horario lectivo en la etapa de Secundaria.
"Galicia, como he podido comprobar en directo, es un modelo atractivo y exportable a nuestra Comunidad", añadió el consejero en funciones, acompañado por su homólogo Jesús Vázquez, el ideólogo del decreto gallego que "equiparara gallego y castellano". Este modelo, no obstante, todavía deja mucho que desear. La castellanización del alumnado de Infantil en las grandes ciudades y la falta de profesores capacitados en inglés ha dejado prácticamente sin extender el idioma extranjero en Primaria y solo funciona en unos 50 institutos (el 8%).
Las reacciones a esta derogación por la vía de los hechos de la Llei d'Ús i Ensenyament del Valencià no se hicieron esperar. Todos los partidos de la oposición, sindicatos y asociaciones culturales y de padres denunciaron la liquidación de un modelo educativo -que ha funcionado bien- "sin consenso" y de forma "arbitraria".
La Generalitat Valenciana pretende aplicar el modelo único plurilingüe a velocidad de crucero. La consejería se ha dado "un periodo máximo de seis cursos académicos" para implantarlo de forma progresiva. Mientras, la Llei dÚs i Ensenyament (LUEV), arpobada con el consenso de todos los partidos y con casi 30 años de vigor, no se ha cumplido ni de lejos. El curso pasado solo el 29% del total de la matrícula (230.000 alumnos) estudiaban en uno de los dos programas de línea en valenciano (bien sea el PEV, de enseñanza vehicular en valenciano o el PIL, de incorporación lingüística). El 71% restante lo hacía en línea en castellano (es decir, 630.000 alumnos). Tampoco ha tenido mayor recorrido el aprendizaje del valenciano en los centros concertados, donde solo el 6,3% (básicamente cooperativas de enseñanza) ofrecen línea en valenciano.
El objetivo central del nuevo modelo es "garantizar la presencia equilibrada en todas las etapas del valenciano y castellano", pero "respetando el derecho de las familias a que sus hijos reciban las primeras enseñanzas en su lengua habitual". Una máxima defendida a ultranza por el consejero de la Xunta en la inauguración, ayer, de la II Jornadas sobre Plurilingüismo en Valencia, de la que han hecho bandera los grupos de presión conservadores.
La presencia de Jesús Vázquez en la plataforma de lanzamiento (que suponen las jornadas con presencia de universidades españolas y europeas), así como el soporte que ambas Administraciones dan a sus "encuestas" previas a la hora de imponer sus cambios, hacen si cabe más similares los pasos dados por Alberto Núñez Feijóo en Galicia y los que el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, pretende seguir. Aunque estos sean opuestos a los anunciados. El retroceso de la lengua propia en la Generalitat, en la enseñanza y en la RTVV contradicen los compromisos adquiridos por él hace cuatro años cuando aseguró: "No habrá un paso atrás en la presencia social y en el sistema educativo del valenciano". Ahora, "circunstancias sociales, políticas y económicas" -salidas de "encuestas de diversa procedencia"- "obligan a superar un modelo que no siempre garantiza la presencia equilibrada de las lenguas cooficiales", remató Font de Mora.