MANIFIESTO DEL PSOE EN EL DÍA MUNDIAL DEL AGUA (22 de marzo de 2012)
El 22 de marzo es la fecha elegida por Naciones Unidas para celebrar el Día Mundial del Agua, cuyo objetivo es, entre otros, concienciar a los países y a sus ciudadanos de la necesidad de un consumo de agua más racional, más responsable y más eficiente.
Con motivo de este día, el PSOE ha elaborado un Decálogo de Buen Gobierno sobre este recurso básico para nuestro desarrollo actual y futuro que quiere ser una reflexión que pueda ayudar a superar algunas barreras que han impedido hasta la fecha lograr un acuerdo sobre sus uso y gestión.
Este año el lema elegido es “Agua y Seguridad Alimentaria” y el mensaje se centra en la injusta relación entre la producción de alimentos y el agua utilizada en un escenario con una población mundial de 7.000 millones y unas previsiones de llegar a los 9.000 millones de personas en el planeta en el 2050, por eso nos parece oportuno compartir una reflexión que pueda ayudarnos a superar algunas de las barreras de orden político que hasta ahora han impedido generar en nuestro país un acuerdo razonable en torno a su mejor uso y gestión:
DECÁLOGO DE BUEN GOBIERNO
1.- El agua es un bien público que debe ser preservado de los riesgos de su mercantilización. Es indispensable trazar una línea clara que fije los límites entre la gestión que pueda ser encomendada a la empresa privada, y aquella que no debería ser hurtada a la ciudadanía.
2.- El agua es un derecho de las personas, y como tal corresponde a los poderes públicos velar por su conservación y garantizar su acceso.
3.- El agua es el elemento natural por excelencia que propicia la vida en el Planeta, y esa condición no debe ser alterada ni siquiera en términos retóricos, como cuando se utilizan expresiones como del tenor de “tirar el agua de los ríos al mar”.
4.- El agua es un bien escaso y hoy debe gestionarse atendiendo a este condicionante. Pero sería suicida para el país obviar las predicciones de los científicos, que hablan de reducciones de disponibilidad de entre el quince y el treinta por ciento en los próximos años. Cualquier gobierno debe tener presente el fenómeno del Cambio Climático en sus estrategias de planificación hidrológica.
5.- El agua es un bien irregular en su disponibilidad, atendiendo a diversas causas, y es el conocimiento científico la mejor herramienta para prever sus efectos y paliar sus consecuencias en distintos ámbitos, y no la divina providencia.
6.- El agua es un bien común, y es responsabilidad de todos aplicar criterios de buen uso en su consumo. Ahorro y eficiencia son en este caso vectores de solidaridad indispensables, tanto en la acción pública como en la privada.
7.- El agua dulce se vincula a los espacios de generación de vida en las cuencas hidrográficas. Por eso es preciso conocer la realidad de las mismas en cada momento, para poder construir una estrategia hidrológica atinada para el país. Urge concluir la tramitación de los planes de cuenca, antes de hablar de un nuevo o viejo plan hidrológico, sea este nuevo o rescatado del pasado.
8.- El agua atesora su valor más preciado en su potencial generador de vida, y por eso es preciso garantizar el acceso a su uso implementando cuando sea necesario el potencial de los avances tecnológicos atendiendo a las condiciones de disponibilidad en cada lugar. La desalación está ocupando cada vez un mayor hueco como tecnología de abastecimiento en los países, como el nuestro, con mayor déficit hídrico. Demonizar esta tecnología es tanto como condenar a muchas poblaciones a la restricción.
9.- “Agua para todos” es la expresión más gráfica del agua como derecho humano, pero ese todos abarca presente y futuro, y es el “agua para todo” el que puede quebrar de forma dramática la continuidad de ese derecho también hacia las generaciones venideras.
10.- En la llamada política del agua, hemos de poner al agua por delante de la política. Así lo hemos venido haciendo históricamente los socialistas, y en ese ánimo nos encontrará hoy el Gobierno de España.
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