LOS CAMBIOS SIEMPRE SE HAN CONSEGUIDO CON EL VOTO

Por fin algo se mueve en este país que parecía dormido. Llevábamos años viendo cómo muchos políticos se burlaban del sistema democrático sin que nadie alzara la voz para protestar.

Años tragando con la corrupción y aceptando la ausencia del debate de ideas, reemplazado por el griterío de tópicos e insultos.

Últimamente, las cosas no han hecho más que ir a peor, y a velocidades de vértigo. Ante nuestros propios ojos, poco a poco hemos visto como se ha empezado a desmantelar el Estado de Bienestar al que apenas nos habíamos incorporado. Y todo ello, en medio de un silencio acongojante.

El movimiento 15 – M, autodefinido como “un grupo de ciudadanos de diferentes edades y extractos sociales” afirman sentirse cabreados ante su falta de representación así como de las traiciones que se llevan a cabo en nombre de la democracia. Abogan por que se devuelva a la Democracia su verdadero sentido: un gobierno de los ciudadanos. Una democracia participativa, y oponiéndose al descrédito paulatino de las instituciones que dicen representarlos.

La heterogeneidad de los grupos de este movimiento hace dudar a los politólogos, aunque la mayoría cree que desmovilizará a un sector de la izquierda.

Como persona de izquierdas que soy, y plenamente comprometido por defender los valores que identifican al Partido Socialista Obrero Español, soy de aquellos que piensan en voz alta, que es preciso construir un discurso político capaz de reconstruir el tejido social, sistemáticamente vulnerado por años de mentiras en unos casos y de corrupción en otros.

Los ciudadanos han perdido el respeto a los partidos políticos mayoritarios, pero ello no equivale a perder nuestro sentido crítico. Tomar la palabra es política. Buscar alternativas de participación ciudadana también lo es.

Los boceros del Partido Popular, llámense Jiménez Losantos, Miguel Angel Rodríguez, Carlos Dávila y César Vidal entre otros, no han dudado en catalogar a este movimiento como “la banda de la porra, cuya única finalidad era provocar desorden incluso sirviéndose de la violencia”. El cavernícola e impresentable Vidal, llega incluso más lejos al asegurar que “se trata de un grupo vinculado con Segi – ETA y que la mano negra de Rubalcaba está detrás de esta movilización. Según susodicho personaje “los jóvenes son sospechosos de hacer el trabajo sucio al Gobierno Zapatero para evitar el triunfo del Partido Popular”.

Vidal, con su verborrea histórica habitual, afirma que “este movimiento lo integra un amasijo de delincuentes, ignorantes y degenerados a las órdenes de la izquierda española quien les encomienda los trabajos sucios”.

Por su parte el baladí J. Losantos en su programa de radio sentenció que “son sospechosos de trabajar a las órdenes de Rubalcaba para evitar el vuelco electoral del Partido Popular”. En mi opinión afirmó “son sospechosos de ello porque no se han manifestado nunca en los últimos siete años mientras Zapatero y sus aliados nacionalistas hundían España”.

También ve sospechoso que no se hayan manifestado frente a la Moncloa, pero sí, ante la sede de la Comunidad de Madrid. Tras el capote a Esperanza Aguirre, quien sostiene la misma teoría, apela a otra consigna:“la manifestación es sospechosa porque no se han manifestado frente a las sedes de UGT y CCOO, dos sindicatos que viven del contribuyente”.

Vidal concluye que estos jóvenes no se han manifestado hasta que no se ha visto la posibilidad de que el Partido Popular diera un vuelvo electoral. Añade a estos despropósitos que se trata de jóvenes antisistema que han tenido contacto con la banda terrorista ETA”.

Ante declaraciones como estas, los socialistas no podemos sino denunciar las mismas, oponernos enérgicamente a la manipulación y sobre todo a los insultos y descalificaciones.

Debemos pedir el voto no solo a los militantes y seguradores de siempre, sino también al votante crítico. Debemos escuchar a quienes muestran su enfado. Debemos recordar que este partido lo integran diversas sensibilidades, diversas familias. En este Partido el votante puede y debe exigir. Todo lo contrario que en el Partido Popular donde se imponen las opiniones y las ideas.

Al igual que lo hizo Zapatero en Cáceres pido el voto a quienes se manifiestan, a quienes nos critican, a quienes confiaron en nuestro partido y se sienten engañados, traicionados. Porque no se puede regalar con la abstención la victoria a quien no se la merece. El Partido Popular, solo ha creado dificultades ante la crisis. El Partido Popular quiere ganar sin haber hecho nada por los españoles. Es más, esa minoría o mayoría, lo desconozco, crítica progresista tiene y debe salir el próximo domingo a votar PSOE, porque estoy convencido, de que son ellos quienes pueden parar a la derecha.

Concluyo rechazando la abstención a favor del voto. La democracia se mejora, los cambios hacía el bienestar y hacia el futuro siempre se han conseguido con el voto.

La capacidad de trasformar la sociedad, la reforma de esta se consigue con el voto de la mayoría progresista. Es el voto lo que mejora la democracia. Lo que construye el camino de la libertad. Es el voto la expresión para ser críticos exigentes.

Si no somos capaces de entender, de escuchar y no de oír, el mensaje que proviene de estos movimientos, y preferimos seguir ignorándolo, menospreciando o miramos para otro lado, mientras sube y baja el telón, llegará un día llegará un día en el que nos encontremos el patio de butacas vacío. Y entonces nos preguntaremos ¿Dónde se fueron todos?

Jacinto Aroca