80 ANIVERSARIO DE LA II REPÚBLICA ESPAÑOLA

Hoy se conmemora en España el 80 aniversario de la II República (1.931-1.936). La República murió un 17 de Julio de 1.936 al sublevarse el ejercito acantonado en Marruecos, a partir de esa fecha vino la guerra civil y casi cuarenta años de venganza del bando vencedor. Finalmente se recobró la democracia en España con la Constitución de 1.978, pero a un precio demasiado alto: guerra civil, exilio de nuestros principales pensadores, científicos e ingenieros; expolio y persecución de la mitad de la población y emigración forzada.

Hace 80 años Alfonso XIII hacía las maletas y partía para el puerto de Cartagena. El vacío de poder originado tras largos años de dictadura del general Primo de Rivera se quiso llenar con unas elecciones municipales previas, a la espera de la recomposición de los tradicionales partidos conservador (moderado) y liberal.Los resultados electorales de las municipales del 12 de abril, dos días antes de la proclamación de la II República, dieron en conjunto mayor número de concejales monárquicos en toda España pero en las ciudades (con mayor población representada) el triunfo fue para las candidaturas de corte republicano. No fueron precisas unas generales y así lo entendió Alfonso XII y su gobierno al dar paso a la II República con su marcha al extranjero.

España se acostó monárquica y amaneció republicana. Los datos están en los libros de historia y lo que supuso la II República de regeneración y libertad para el pueblo español sólo es comparable a los tiempos de nuestra transición democrática reciente.

El sufragio universal libre y directo, así como el voto femenino, fue consagrado por los legisladores republicanos como un derecho ciudadano, jamás conocido con anterioridad. El reconocimiento de las nacionalidades históricas, así como el trabajo y la educación interesaron con prioridad a los legisladores de la República.

La reformas laborales pretendían mejorar la vida de los trabajadores (nada  comparable a la actualidad) reduciendo la jornada laboral, implantando los seguros sociales y creando las delegaciones de Trabajo. España era eminentemente agrícola, con lo que la legislación laboral estaba orientada preferentemente a este sector. El paro y la crisis económica que afectó a la mayoría de países desde el “crack” de 1.929 llegó a España con retraso pero también afectó a nuestro país. No existieron planes contra el paro, en su lugar se propusieron grandes planes de obras públicas para fomentar el empleo público, como el Plan de Ferrocarriles de Madrid y otros, que absorbieron la mano de obra desempleada. Fueron las grandes reformas de modernización en las infraestructuras del país las que pretendían, al igual que medio siglo después, poner a España a la cabeza de las grandes potencias industrializadas.

El régimen republicano deseaba que la cultura se extendiera a todos los niveles y que el país abandonara el analfabetismo secular de los españoles. La enseñanza primaria y secundaria estaba en manos del clero casi en exclusiva y al servicio de los hijos de los pudientes principalmente. El no entendimiento de los legisladores republicanos con la Iglesia Católica supuso un alto coste financiero para las arcas republicanas y agudizó el resentimiento de la Iglesia, muy ligada a la monarquía, contra la república. Fue un error que resultó demasiado caro y cruento a los intereses de la joven y naciente democracia. Aún así la República creó más de 10.000 escuelas, el presupuesto de educación se incrementó en un 50% y se aumentó el sueldo de los maestros.

El período republicano siempre ha sido asociado por el bando vencedor y sus herederos ideológicos como detonante de la guerra civil española, cuando en realidad la guerra se fue gestando por los militares africanistas, como el general Sanjurjo, el general Mola y posteriormente Franco, que conspiraban desde el mismo nacimiento de la República.

La violencia desatada en su momento por los impacientes extremistas de derechas y de izquierdas bajo el régimen republicano no fue mucho mayor que la ejercida contra la joven democracia actual, durante el período de la transición política. Sin embargo, la debilidad de los gobernantes de la República para imponer su autoridad y los sentimientos encontrados de los españoles, por las desigualdades sociales lastradas de épocas anteriores, impidieron el normal desarrollo de la joven democracia.

Tampoco la coyuntura europea de entonces propiciaba un desenlace pacífico, cuando los intereses militares de la Alemania nazi y la Italia fascista se centraron en el apoyo total y sin “condiciones” a los golpistas de Franco, mientras el resto de las democracias miraban hacia otro lado tras el alzamiento de los generales africanistas. Sin esta ayuda de Hitler y Mussolini a Franco, la República posiblemente habría sobrevivido. Nuestra suerte como nación hubiese ido pareja al resto de las democracias europeas en la Segunda Guerra Mundial, para lo bueno y para lo malo.

Franco y sus partidarios tachaban a los republicanos, tanto de derechas como de izquierdas, como "rojos y masones" y la República significaba "romper" España, huelgas, asesinatos y quemar iglesias. Y así se nos quiso hacer creer, a “sangre y fuego”, desde la más tierna infancia para justificar el golpe de estado y la larga, cruenta e innecesaria guerra fratricida. Todos esos desmanes que el franquismo identificó como procedentes y exclusivos del régimen republicano y democrático abundaban en siglos pasados. En el siglo XIX, con varias guerras civiles entre conservadores y liberales (guerras carlistas), el pistolerismo y el anticlericalismo era la seña de la reacción de patronos y proletarios, donde los ricos eran muy ricos y los pobres muy pobres. Los gobiernos de la república intentaron atajar y solucionar las desigualdades sociales para crear un estado moderno y comparable a las democracias occidentales de aquel período de la historia... sin lograrlo y sin tiempo para ello, debido entre otros hechos al alzamiento militar.

La República pretendía lo que hoy es nuestra democracia, surgida de la Constitución de 1.978. La guerra civil y la posguerra (dictadura de Franco) fueron... otra cosa.

Deberíamos conocer y honrar la II República como parte importante de nuestra historia, desligada por completo de la guerra civil y de sus funestas consecuencias. Conocer lo positivo, como aprender de los errores, nos ayudará a comprender mejor nuestro pasado.