ORGANIZACIÓN PROVINCIAL Y COMARCAL EN EL PSPV

En el Congreso del PSPV-PSOE  de Alicante se acordó mantener la actual estructura organizativa provincial y resucitar la anterior estructura comarcal. En puertas está la convocatoria de los congresos provinciales en Valencia, Castellón y Alicante para renovar sus órganos de dirección. Posteriormente se constituirán las comarcas, sobre las base de las anteriores, para finalmente proceder a  la renovación de los cargos internos en las Agrupaciones locales del PSPV-PSOE.

Hace cuatro años la estructura organizativa comarcal del PSPV-PSOE fue eliminada y se creó una nueva, la provincial, más acorde con las demarcaciones electorales e institucionales (diputaciones). Fue una imposición del PSOE, en  el gobierno central, que entendió que el “edificio” comarcal no funcionaba tras largos años en la oposición de los socialistas valencianos. Y no estaban faltos de razón. Pero no era el “edificio” el que fallaba sino los inquilinos y ese fue el error de apreciación.

Las comarcas se habían convertido en el despacho de poder de las grandes agrupaciones locales, en afiliados y alcaldías, donde se negociaban listas electorales tanto internas como externas y se colocaban a los que perdían. Las medianas y pequeñas agrupaciones se quedaban en restos, es decir,  no les llegaban ni oradores, ni carteles y ni siquiera los “chuches” en campaña electoral. Su principal función de apoyo a las agrupaciones con menos presencia de afiliados y menor poder municipal dejaba mucho que desear.

Desde el federal aprovecharon la debilidad moral del conjunto del PSPV-PSOE y creyeron que adaptando la estructura provincial, como en el resto de España, se volvería a “reconquistar” la Comunidad Valenciana con el apoyo de las delegaciones de gobierno que entonces controlaba el PSOE desde Madrid.

Dentro de la organización socialista mucha gente cree que fue un error eliminar la estructura comarcal en favor de la provincial, sobre todo porque venía impuesta desde Madrid. Lo cierto es que, pese a errores en algún tipo de gestión, la organización provincial ha cumplido su papel y ha beneficiado a las agrupaciones más pequeñas. principalmente en período electoral. Otra cosa son los resultados obtenidos, debido a la coyuntura económica y la chapucera “venta” de las acciones gubernamentales.

La reflexión que cabe aquí es que ambas estructuras orgánicas deben coexistir temporalmente hasta la eliminación de las diputaciones provinciales. La estructura provincial, mientras tanto, debe quedar como mera base logística de apoyo y coordinación. La estructura comarcal debería recuperar prácticamente todo su poder salvo el del apoyo logístico y de coordinación en períodos electorales y centrar sus objetivos en penetrar en el tejido social, aumentando el numero de afiliaciones y ampliando los partidarios de la causa socialista. En las actuales circunstancias, tres ejecutivas provinciales supone mermar las atribuciones reales de la comisión ejecutiva nacional y de las futuras ejecutivas comarcales. Un desperdicio de recursos, duplicidades y malos rollos futuros que no llevan a ningún sitio.

La comarca es la forma tradicional de convivencia de los valencianos. Los partidos políticos valencianos adaptaron desde los inicios de la democracia sus estructuras orgánicas a esta forma de organización territorial, aun así jamás se desarrolló un plan de comarcalización institucional previsto por el Estatuto de Autonomía. Han sido las diputaciones provinciales, destinadas en principio a desaparecer, las que han aumentado su poder real.

Es una contradicción que solo se puede entender por el desinterés de los propios partidos políticos por cambiar esta situación y ello viene dado porque las “familias” que operaban dentro de los partidos, a poco que tomasen la poltrona, comprobaban de inmediato que las diputaciones provinciales eran una llave de control de los municipios y un “contrapoder” frente a las instituciones autonómicas.

Cualquier crisis económica, sobre todo la que padecemos ahora, produce miedos y urgencias. No perdamos el norte, la organización territorial de la Comunidad Valenciana pasa por definir competencias entre entes autonómicos, comarcales y municipales, evitando cualquier tipo de duplicidad.

Para cumplir ese objetivo interrumpido de comarcalización del País Valenciano hay que ganar primero y para ello antes es preciso aumentar el número de partidarios y ese es el único trabajo que hoy debe realizar la organización socialista.