NI IZQUIERDA, NI UNIDA

Vosotros, militantes de Izquierda Unida ahora, pero comunistas hasta la médula, aseguráis que en vosotros habitan las esencias de la izquierda. Nos lo recordáis en todo momento. Nos reprocháis habernos arrugado ante el sistema, ante los poderes fácticos, ante la banca…y ante no se cuantas cosas más. En cambio, constantemente alardeáis de resistir contra viento y marea sin doblegaros ante nada ni ante nadie.

Os habéis sentido muy solos. Mirar desde el gallinero los plenos de la Asamblea de Extremadura genera una sensación difícil de contener en el interior. Al menos Gaspar Llamazares tiene un asiento que le permite depositar sus posaderas dentro del hemiciclo. Algo es algo. Mientras, hasta el día de hoy, habéis vistos, como vuestros primos lejanos socialistas, hemos renovado cada cuatro años nuestra mayoría absoluta. Además, también tenéis que soportar que Rosa Díez afirme que ha terminado con el bipartidismo en España, con la tercera parte de los votantes que tenéis vosotros. Os ningunean. No hay derecho.

Pero ha llegado nuestro momento. Ahora nos necesitan, y lo van pagado caro habéis declarado a los medios de comunicación. El Partido Popular, la derecha, gobernará Extremadura porque así lo han decidido las bases del partido más de izquierdas del panorama político.

Sinceramente, reconozco que mis limitaciones intelectuales no me permiten determinar qué os ha motivado a actuar de este modo. Al permitir que gobierne el Partido Popular, acabáis con la única autonomía donde la izquierda puede gobernar tras el vuelco del 22-M. Dejar en manos de la derecha el Parlamento de Extremadura, no cabe duda que perjudicará vuestras expectativas electorales y será inexplicable en vuestra base social. Nadie lo olvidará nunca. Sólo me atrevo a especular con que esa izquierda que vosotros dogmatizáis que corre por vuestras venas, vive unos momentos de despiste generalizado en todas sus versiones.

Lo ocurrido en el Parlamento Extremeño me recuerda una vendetta siciliana pero a la extremeña. La abstención de los tres diputados de Izquierda Unida en la segunda votación, que propició que el Popular Manzano fuera elegido presidente del Parlamento por mayoría simple, sólo viene a dar la razón a todos los que prefirieron pasar de votar el pasado 22 de mayo. Porque digan lo que digan, ninguno de los que pisan el asfalto para compartir su indignación iba a votar al Partido Popular.

Es el momento de buscar culpables. Son los de Izquierda Unida o son los del Partido Socialista Obrero Español. Os está bien empleado, castigamos a los socialistas, somos coherentes con nuestra democracia interna, es vuestro argumento. Pero lo que falta por escuchar todavía es una explicación coherente y un poco de autocrítica por vuestra parte. Las cosas, buenas o malas, siempre pasan por algo. Mientras, la Presidencia de la Asamblea de Extremadura, recae por primera vez en el Partido Popular.

Por su parte, la presidencia federal de Izquierda Unida se reunió en Madrid para decidir qué medidas toma ante la desobeciendia de su federación en Extremadura, que ha decidido favorecer un gobierno del PP en contra de la directriz federal. Tras más de cuatro horas de cónclave, no tomó ninguna. A pesar que en esta reunión se tachó de grave error político lo acontecido en Extremadura, y de estar fuera de la política de Izquierda Unida, lo cierto es que todo ello ha resultado inútil.

Es más, el diputado de Izquierda Unida en Extremadura Víctor Casco, ha asegurado que pactar con el Partido Socialista supondría "una traición en toda regla" a la gente que ha sustentado al partido en Extremadura.

Con actitudes y declaraciones como éstas, las máscaras caen. El cinismo y la hipocresía surgen con toda su crudeza. Y aunque el comportamiento personal algunos pocos, no debe prejuzgar la conducta moral de toda su familia política, es evidente que ya no cabe preguntarse si realmente sois de izquierda y si estáis unidos. Ni una cosa ni la otra, sino todo lo contrario.
Izquierda Unida podría haber desempeñado un papel determinante en Extremadura, influyendo al Partido Socialista por la izquierda, y ha tirado eso por la borda.

Desconozco como responderá vuestra presidencia federal. No se si será factible la opción de las expulsiones, pero de serlo ¿A quién vais a expulsar? ¿A la organización entera? ¿A los tres diputados? ¿A toda la militancia extremeña? ¿O tal vez, expulséis a Cayo Lara y al resto de la presidencia?

Lo que ha sucedido es muy gordo, responde a un odio acumulado durante años y no debéis olvidar que la política no se hace con las entrañas sino con la cabeza.

Jacinto Aroca