EVOLUCIÓN HACIA LA SOCIALDEMOCRACIA

Todo el mundo sabe que el marxismo es comerse a los niños crudos y que los marxistas -los verdaderos rojos de toda la vida – deben ser idiotas por querer repartir sus pertenencias con los pobres y además son ateos. Es la versión de los que todo lo tienen y de los imbéciles. Por desgracia esta es la versión más arraigada, fruto de la ignorancia, y que los poderosos se han encargado de divulgar hasta la saciedad. Repartir las pertenencias de uno entre los pobres es un pensamiento cristiano. Procurar que todo el mundo tenga las mismas oportunidades y que todos tengamos acceso a la sanidad, a la educación, al ocio, a la vivienda y a un trabajo que nos permita vivir dignamente es de justicia social y ese es el pensamiento del socialismo moderno. La desigualdad no se ataja queriendo que todos seamos pobres para ser iguales, es todo lo contrario. Elevar el nivel de vida de los más desfavorecidos implica, al menos, mantener el nivel de vida de la clase media en una sociedad interclasista como la nuestra.

Marx y el materialismo histórico
Marx, en definitiva, decía que el medio donde uno nace, crece, se reproduce y muere es el que condiciona su nivel de vida (tierra pobre da pobreza, tierra rica da riqueza) y que los medios de producción, que transforman la tierra y el nivel de vida, han sido apropiados a lo largo de los siglos por pequeñas minorías que promovían supersticiones e ignorancia entre sus congéneres menos afortunados, con el fin de justificar la acumulación de riquezas en pocas manos y que estas quedasen en familia a través de la herencia y el linaje. La esclavitud, la servidumbre medieval y la división del trabajo industrial, eran algunas formas de sometimiento, por la fuerza de las armas o de la necesidad, de la mayoría de las poblaciones a lo largo de la historia. Los sacerdotes en cada cultura eran los encargados de controlar las mentes de los desposeídos prometiendo males, plagas y el fuego eterno a los que se rebelasen; y por contra, en compensación para los que se sometiesen, la felicidad, vírgenes y una tierra en el otro mundo, pero jamás en este. A cambio de esos favores a los ricos - reyes, reyezuelos, hidalgos, burgueses, etc. - los sacerdotes podrían holgazanear eternamente y estar junto a ellos sobre todos los demás.

Materialismo dialéctico
Marx también dijo que las clases sociales, a lo largo del tiempo, eran sustituidas unas por otras inevitablemente. Algo así como que el trabajador explotado cuando progresa se convierte en el que le explotaba y adopta su modo de pensar y de vivir, siendo a su vez desplazado por otro igual cuando ya se le considera viejo y caduco. Es un forma de explicarlo, pero hay muchas más formas, como por ejemplo los cambios generacionales. Desvelar esto ya era de por sí revolucionario y sobre todo peligroso para las rígidas estructuras sociales existentes en su momento.

Soluciones a la lucha de clases
Su gran error era pronosticar que la igualdad en el género humano vendría por la sustitución en el control de los medios de producción, y por lo tanto de la riqueza y de la propiedad, de la clase burguesa – que había sustituido anteriormente a la aristocracia en el control de la sociedad- por la clase proletaria u obrera a través de la fuerza. La gestión y posterior control de esa fuerza es la que históricamente ha enfrentado a los herederos de Marx entre si y con los anarquistas. Los movimientos socialistas europeos, entre ellos el español, siempre han tenido más en común con las ideas de Rosa Luxemburgo y con la socialdemocracia alemana, siendo indiferente la forma de Estado mientras se asegurase la participación democrática y la libertad. Lenin, Stalin y Mao que debían transformar sociedades medievales que no habían conocido los logros de la sociedad industrial optaron por suprimir uno de los estadios necesarios para llegar a una sociedad socialista, que era la participación democrática. El resultado fue un fracaso rotundo al sustituir una clase dirigente y explotadora por otra. La tesis que ha funcionado ha sido la opción socialdemócrata hasta nuestros días.

Nuestra sociedad como confluencia de ideologías
Las regiones más atrasadas, que no conocen verdaderamente de los avances tecnológicos y sociales, plantean la lucha de clases en términos violentos y por lo tanto provocan la reacción, violenta a su vez. Las regiones más avanzadas – dos guerras mundiales, una por el control de la riqueza y otra por el control ideológico- han aprendido a confluir en un espacio central, que une lo mejor del capitalismo y lo mejor del comunismo, para entenderse y convivir, beneficiándose mutuamente: Es la sociedad de consumo actual, donde todos participan como productores y consumidores al mismo tiempo y donde el nivel de vida y cultural de las capas inferiores es elevado para a su vez poder producir y consumir. Los capitalistas necesitan elevar el nivel de las sociedades para dar salida a sus productos y continuar siendo capitalistas sin experiencias revolucionarias y las clases menos pudientes tienen garantizada la sanidad, le educación y el ocio, así como la posibilidad de prosperar pudiendo cambiar de clase social. Era lo que pedían los obreros del siglo XIX y XX. Es lo que en Europa llamamos “Estado de Bienestar” y que en gran parte tiene su origen en la decisión de equilibro y estabilidad de los liberales y conservadores más avanzados junto con los socialistas democráticos o socialdemócratas de la Europa de postguerrra y por extensión , del mundo occidental.

La evolución del medio crea nuevas necesidades a resolver
Esta sociedad no existiría como la conocemos hoy sin la aportaciones de Marx y de otros muchos pensadores, científicos, filósofos, etc, que han contribuido a lo largo de la historia a conformar nuestros sistema de vida occidental. Los cambios habidos también han permitido que otros movimientos sociales como el feminista hicieran sentir su voz para universalizar la igualdad de derechos y condiciones, no contemplado en sus inicios por la izquierda ni por los liberales que la antecedieron. Los avances en las relaciones sexuales y de pareja, el divorcio, el derecho a decidir sobre su propio cuerpo, el aborto, la igualdad de retribuciones por un mismo trabajo y el acceso a los puestos de poder, entre otros, son fruto de la concienciación y organización de la mujer por asumir su papel real en esta sociedad. Otros colectivos como los homosexuales y transexuales luchan también porque su dignidad y derechos sean asimilados en igualdad y reconocidos como naturales. A medida que la sociedad avance otros colectivos y movimientos tendrán necesidades diferentes que cubrir y tarde o temprano conseguirán sus objetivos. Otro de los retos que queda pendiente es la eliminación de la explotación de los países pobres por los países ricos y la equiparación de sus poblaciones en igualdad, así como la protección del medio donde, a nivel global, nos toca vivir: El planeta Tierra.
En todo caso , siempre habrá una fuerza de resistencia que verá su modo de vida, sus intereses y sus privilegios, atacados de raíz.

En busca de la felicidad
La socialdemocracia y el progresismo contemplan estos cambios procurando que la transición, evitable durante cierto tiempo, sea para la sociedad lo menos traumática posible y que cada cual encuentre en esta vida, y no en la otra, su camino y su papel en la sociedad. La participación democrática y la libertad en igualdad de condiciones, asegurando una vida digna para el ser humano es irrenunciable e intrínseco de la socialdemocracia. No puede haber una evolución posterior de progreso si no va parejo a la profundización de estos principios.


Un resúmen de este tipo, algo más de un folio, es imposible que condense todos los aspectos sobre una de las tantas formas de ver la vida que existe. Es incompleto por necesidad, pero espero que sirva para despertar el interés para profundizar en el sistema de ideas del progresismo y de la socialdemocracia, aunque no coincida muy mucho con las definiciones enciclopédicas de la Wikipedia, por poner un ejemplo.