HOLLANDE NUEVO PRESIDENTE DE FRANCIA
François Hollande es el nuevo
presidente electo de la República de Francia al imponerse por un 52
% de los votos al actual presidente Nicolás Sarkozy. Si ya en la
primera vuelta de las elecciones francesas le rompió los esquemas a
la ama de la casa europea, Angela Merkel, obligándole a sacarse de
la manga un nuevo “plan de estímulos al crecimiento” para
Europa, frente a la “única política posible” de destrucción
del Estado de Bienestar y de ahogar la recuperación económica de
países como España, ahora es posible vislumbrar otro tipo de
políticas económicas más acorde con la realidad. El co-principado
ideológico “Merkozy” ha muerto.
Pero lo que más nos interesa a los
españoles, y al resto de europeos, es que el “talibalismo
económico” al que hemos estado sometidos por el “diktat”
alemán de Merkel y su fiel cómplice francés, Sarkozy, está roto.
Hollande sabía que solo con estas políticas de contención del gasto,
que practicaban su predecesor y la futura ex-canciller de Alemania, Francia sería la próxima en caer tras Italia y
España.
Es preciso contener el gasto, el
superfluo, pero también estimular el crecimiento económico, que no
es otra cosa que aplicar las recetas económicas de Keynes, tan
vapuleado en los últimos años. Invertir en obras públicas e
infraestructuras, en investigación I+D, en educación y sanidad para
prevenir el futuro y sanar el presente, y , sobre todo, “sanear”
los agujeros financieros de los bancos para que fluya el crédito a
la empresas es lo que se espera del nuevo co-príncipe europeo. No
hay otra solución salvo estas políticas demostradas como válidas,
a poco que uno consulte los textos de historia de Educación
Secundaria.
El gobierno del PP está haciendo justo
lo contrario de lo que se debe hacer. Obligado, es cierto, por
Europa. Al igual que lo fue Zapatero y el PSOE en su día. No había
otra solución que tragar con lo que se imponía desde Bruselas, pero
principalmente desde Berlín y París, cuando eran ellos los que
pagaban nuestra factura (en realidad la de nuestros bancos) y nos
cerraban el grifo si no accedíamos a sus exigencias. La diferencia
es que Rajoy es más papista que el Papa con sus recortes y, a pesar
de todo, le vendrá muy bien este cambio político en Francia porque
podrá inyectar recursos económicos a la inversión pública e
incluso ampliar plazos e incrementar la deuda pública, tan precisa
en estos momentos.
Ahora , esas son las expectativas, es
posible que Hollande influya para que países como España, Portugal,
Irlanda, Holanda, Italia y Grecia, puedan tener algo de oxígeno e
invertir (ampliando su margen de deuda pública y el tiempo de
devolución de intereses) para volver a crecer económicamente. Es la
garantía que mejor necesitan Francia y Alemania de que volvamos a
comprarles sus productos y al mismo tiempo devolverles el capital
prestado. Y de esta forma volver a la normalidad.
Por otra parte, se repite la historia
de que todos los gobiernos implicados en esta crisis -que ya dura casi
cinco años-, tanto de derechas como de izquierdas, han sido
castigados por sus electores. La próxima en caer será Angela
Merkel.
Los “economistas” socialdemócratas
y socialistas deben tomar buena nota de ello y no volver a repetir
metidas de pata por no tener las agallas suficientes para enfrentarse
a quienes obligan a sus ciudadanos a pagar los estropicios de ricos y
banqueros.
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