38 CONGRESO DEL PSOE, VOLVER A LOS ORÍGENES

Gane quien gane, el debate de ideas debe continuar. Sería deseable que quien lidere el PSOE, Chacón o Rubalcaba, facilite una fusión de equipos en la dirección federal. Es deseable porque tras sus candidaturas se esconden los pasteleos de barones y segundones regionales, flotadores por permanecer en órbita, que son los responsables primeros de la quiebra del partido socialista. Negar a los principales contendientes la posibilidad de formar un equipo fuerte, con los mejores de cada candidatura, es absurdo. Máxime cuando los supervivientes de siempre ya tienen plaza segura sea quien sea el ganador o ganadora.

Felipe González dijo que habría que prohibir hablar de los problemas del partido, salvo un día al año. Es un error enorme: no se pueden solucionar los problemas de los demás si primero no se resuelve el propio. Y el propio es que miles de simpatizantes que apoyaron al PSOE y a Zapatero hasta mayo de 2.010, mientras la mayor parte de la militancia dormía en los laureles, desertaron. Eran esos simpatizantes los llamados a regenerar el PSOE. "Condiciones externas", como ha dicho el propio Zapatero en su último discurso como Secretario General, obligaron a un cambio de política económica que en principio era la correcta, la keynesiana. Esos simpatizantes, ganados en la primera legislatura y parte de la segunda, principalmente por los nuevos derechos sociales, vieron traicionadas sus expectativas de que la crisis económica tuviese solución socialdemócrata, por fín, cuando de verdad se debía demostrar la validez de nuestros principios. No pudo ser por los condicionantes externos, pero ni los asesores ni los tecnócratas que pululan siempre alrededor del poder supieron hacer su trabajo. Ni aconsejaron adoptar políticas alternativas, que aún permanecen a la espera, ni supieron explicar. Y no lo hicieron porque no tenían ideología alguna, salvo exhibir su curricúlum profesional. Son los que sobran.

Se han hecho muchas cosas buenas pero también se han cometido muchos errores de bulto. La comunicación con la ciudadanía, a falta de medios externos favorables, se hubiese suplido con una militancia formada ideológicamente y comprometida. Poco compromiso puede haber cuando la formación ideológica viene dada por leer EL PAIS o escuchar la Cadena SER , además del cabezazo y la adscripción pasiva a cualquiera de las familias "de opinión" formadas por alcaldes o lidercillos comarcales y regionales. Poco compromiso puede haber cuando esos líderes locales lo són por inercia y apatía de los afiliados que, a cambio de la cuota, solo reciben discursos de lo que se ha hecho o se dejado de hacer en plenos municipales o de otros ámbitos institucionales. Es un ejemplo de que mucho hay que cambiar la participación en el PSOE.

Si se pusiese  el mismo afán que se pone en excluir al que molesta dentro del PSOE en combatir ideologicamente a la derecha, es seguro que el PP no gobernaría ni ayuntamiento alguno ni autonomía alguna. Y esto hay que cambiarlo. Necesitamos buenos gestores pero, ante todo, políticos con ideas claras de lo que hay que hacer en todos los niveles de poder.